jueves, 24 de noviembre de 2016

Porta-cuerno de hidromieles Valhalla


Llega esa época del año en la que algunos se vuelven locos pensando en qué regalar. Uno de nuestros artículos hechos a mano puede ser una buena opción.

A mí hace poco me regalaron un cuerno de hidromieles Valhalla y mola mucho pero, tiene un pequeño inconveniente...
no se puede apoyar en ninguna parte!.
Cuando bebes te toca llevarlo todo el tiempo en la mano, y cuando no lo usas se queda tumbado y no se luce nada. Así que hemos decidido hacerle un porta-cuernos digno de Odín.

Esto es lo que hemos utilizado: unas planchas de madera, cola, tinte, barniz, pintura acrílica y la calavera de un perro (presumiblemente un Pastor Alemán) que encontremos en el monte.

Para el cuerpo principal nos hemos inspirado un poco en la proa de un drakkar.
Lo hemos adaptado a la curvatura del cuerno por un lado, y a la forma de la calavera por el otro.

Dibujamos y tallamos unas cuantas bestias al estilo vikingo.
Estas piezas le darán una mayor anchura al cuerpo principal del porta-cuerno.

La base también llevará unos cuantos dibujos tallados.

Esta pieza que aún esta por terminar de pulir será la que reciba a la parte inferior del cuerno.
Tendrán forma de cabezas de cuervo (Hugin y Munin).

Todo empieza a encajar.
Las partes se tintan primero para que la cola que rebose no afecte al color final.
El tinte que hemos elegido es color ébano.


La cosa va tomando forma.
Resaltaremos los relieves con pintura metalizada color bronce, y las vetas de la madera con barniz color roble.

Hemos resaltado el dibujo rellenando las hendiduras de la madera con pintura metalizada.
También le hemos dado dos capas de barniz tinte color roble para conseguir un tono mas wengué.

Nuestros Hugin y Munin ya están listos.

Hemos envejecido aún mas la calavera con el mismo barniz color roble que hemos utilizado en el resto del porta-cuerno.

Nuestro cuerno se adapta perfectamente a su porta-cuerno.
Y como no queremos que el cuerno se llene de polvo mientras está expuesto le hemos hecho una tapa a medida.


La hemos decorado con un valknut tallado y le hemos dado el mismo tratamiento que al resto del porta-cuerno.

Y ahora a disfrutarlo con un buen trago de hidromiel.
Skål!

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