Hace unos días recibimos el encargo de fabricar una caja con motivos celtas basada en nuestra Primera Caja Celta, aquella que algunos llaman "la anti-niños".
Esta caja debía de tener unas medidas interiores muy concretas, por lo que no podíamos usar nuestras tablas de haya, mas finas y estrechas.
Esta caja la hicimos con madera de cerezo de 1,5 cm de espesor.
Es una versión Maxi de nuestra primera caja.
Los dibujos se pirografían dos veces:
la primera con la madera aún virgen, y la segunda para vaciar los surcos del quemado cuando se colorea con el acrílico.
Damos varias pasadas de verde turquesa.
Los colores se mezclan expresamente para cada trabajo, eso sumado al tono siempre variable de la madera hace que cada caja tenga un color único.
Damos dorado y vaciamos los surcos con el pirígrafo.
Terminamos el trabajo con nuestro aceite de acabado que, ademas de proteger, lubrica las partes móviles de la caja.
Esta caja debía de tener unas medidas interiores muy concretas, por lo que no podíamos usar nuestras tablas de haya, mas finas y estrechas.
Esta caja la hicimos con madera de cerezo de 1,5 cm de espesor.
Es una versión Maxi de nuestra primera caja.
Los dibujos se pirografían dos veces:
la primera con la madera aún virgen, y la segunda para vaciar los surcos del quemado cuando se colorea con el acrílico.
Damos varias pasadas de verde turquesa.
Los colores se mezclan expresamente para cada trabajo, eso sumado al tono siempre variable de la madera hace que cada caja tenga un color único.
Damos dorado y vaciamos los surcos con el pirígrafo.
Terminamos el trabajo con nuestro aceite de acabado que, ademas de proteger, lubrica las partes móviles de la caja.
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